Acampada Infantil 2012

José Bosch, detoras.es

El sábado 18 de agosto de 2012 a las cinco de la tarde en la Plaza de la Iglesia y con un sol de justicia fueron llamados por Isa Herranz, megafonía en mano, los 39 niños que se habían inscrito en esta segunda edición de Acampada Infantil “detoras.es”.

 

Una vez agrupados los participantes en las escaleras del Ayuntamiento, y tras la foto de grupo de rigor, partió la caravana de coches con los niños, padres, socios y colaboradores hacia el Área Recreativa del “El Palancar” en Barracas, en la que se ubica la zona de acampada, refugio e instalaciones donde este año se desarrolló esta actividad.
Nada más llegar, y tras descargar mochilas, se organizaron los grupos por edades y afinidad para que entre todos se montaran las tiendas de campaña donde iban a pasar la noche. Bajo la supervisión, en todo momento, de varios socios y colaboradores que ejercieron como auténticos monitores durante todo el fin de semana, se montaron las mismas.

Paralelamente algunos “monitores” habían preparado la merienda que recompensó el esfuerzo de todos. Con las fuerzas repuestas, se propusieron diversos juegos de equipo que tuvieron una gran acogida y participación. Pero entre todos destacó el de
lanzamiento de penaltis para encontrar al rematador que pudiera batir más veces al afamado portero, “araña del Palancar”: Ricardo Ferrando, Fiti. El premio, consistente en un balón de futbol para seguir practicando, fue conseguido por Pablo después de unas disputadas series de lanzamiento.

Antes de que anocheciera, en la zona de comidas, se juntó todo el grupo para cenar y comentar todas las anécdotas de la tarde. La cena dio paso a la tertulia nocturna bajo las estrellas, y la luz del lumogas. Poco a poco, los distintos grupos fueron ocupando las tiendas de campaña. Los más pequeños fueron los primeros en caer dormidos tras la agotadora jornada. Los más mayores tardaron “un poco más”.

La noche transcurrió como se esperaba, mientras las monitoras optaron por dormir en el refugio custodiando mochilas, comida, enseres…, los monitores durmieron al frente de todas las tiendas asegurando la tranquilidad de todo el grupo.
Al amanecer, y con los primeros rayos de luz, fueron despertándose los chavales. Y aprovechando el frescor de la mañana se desmontaron las tiendas y se desayunó. Si los niños agradecieron los zumos, leche, bollería, etc… qué decir de cómo recibieron los monitores esos termos de leche y café calentitos que trajeron aquellos socios que no habían dormido en el Área Recreativa; esa satisfacción no se experimenta ni en “el Bulli”.

La gran sorpresa estaba por llegar, las monitoras habían preparado una “yinkana” espléndidamente preparada. Los distintos grupos fueron superando las pruebas, a cual más divertida: recogida de piñas, de plantas aromáticas, búsqueda de pistas escondidas, disfraces espontáneos, juegos cronometrados… El grupo de los chicos más mayores fue el ganador, pero eso fue lo de menos, no sabemos quién se divirtió más. Tras repartir obsequios y chuches a todos los participantes todavía sacaron fuerzas para rellenar saquitos de tela con las plantas aromáticas como recuerdo de la acampada.

Mientras tanto el resto de monitores ya había preparado el almuerzo consistente en sándwiches, snacks y bebidas refrescantes para reponer fuerzas. Ya después de almorzar se les dio tiempo libre mientras íbamos esperando a los padres que venían a recogerlos. La expectativa de los padres de saber cómo había transcurrido la acampada quedaba compensada al ver las caras de alegría y escuchar los primeros comentarios de sus hijos.

 

Para los organizadores la prueba estaba superada con nota. En una actividad tan especial tan sólo cabe FELICITAR a todos y cada uno de los que participaron y ayudaron a que todo saliera a la perfección. El listón se ha puesto muy alto, pero queda la satisfacción de la experiencia tan positiva que se llevan los pequeños.

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